Corren malos tiempos para un joven ciudadano de Benidorm. El pasado martes un amable muchacho de la ciudad subío con su pareja sentimental al mirador, situado en la Iglesia de Sant Jaume i Santa Anna, y decidido a mostrar al mundo su manejo del punto de fuga y de los claroscuros típicos de Benidorm, sacó su iPhone 5 y sacó varias instantáneas, que a simple vista parecían realizadas por un gran experto de la fotografía.
Una vez realizada la foto se dispuso a subirla a Instagram y ponerle un filtro de esos molones, pero el 3G no le iba muy bien ahí arriba por lo que pensó en hacerlo al llegar a su casa. Cuál fue su sorpresa que al llegar a casa contempló que las fotografías habían salido borrosas y movidas, su desilusión llegó a tal límite, que decidió borrarse su cuenta de Instagram y dejar de hacerse el fotógrafo.
Mi Twitter: @alvaromenlon
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