El pasado viernes uno de los camareros de un bar de la zona
inglesa de Benidorm saboteó el Royal Baby añadiendo Whisky en el cóctel. La
bebida sin alcohol que el Ayuntamiento de
Benidorm elaboró para homenajear el nacimiento del hijo de los Duques de
Cambridge (El hijo de Lady Di, el macarra no, el que era guapo pero ahora se le
ve el cartón). El sabotaje pudo llegar como una forma de un camarero inglés en protesta
ante el incidente de Gibraltar.
El Ayuntamiento de Benidorm fue informado al momento del
terrible acto vandálico y enseguida envió un burofax al Ministerio de Asuntos Exteriores
para explicar lo acontecido en la ciudad. El Ministro de Exteriores, el viejo
ese, ha afirmado que elevará una queja a la ONU ante tal atentado contra la
honorabilidad y la credibilidad de España. “No podemos permitir que un cóctel
sin alcohol sea mancillado en nuestra propia cara, es un acto de terrorismo espirituoso
que no quedará sin respuesta”, afirma el ministro el gallo Margallo.
Twitter: @alvaromenlon